POEMAS A LA PRIMAVERA

Investiga y publica tres poesías a la primavera compuestas una por Gabriela Mistral, otra por Antonio Machado, y la última de Gustavo Adolfo Bécquer.


Doña Primavera de Gabriela Mistral.



Doña Primavera

viste que es primor,

viste en limonero

y en naranjo en flor.


Lleva por sandalias

unas anchas hojas,

y por caravanas

unas fucsias rojas.


Salid a encontrarla

por esos caminos.

¡Va loca de soles

y loca de trinos!


Doña Primavera

de aliento fecundo,

se ríe de todas

las penas del mundo...


No cree al que le hable

de las vidas ruines.

¿Cómo va a toparlas

entre los jazmines?


¿Cómo va a encontralas

junto de las fuentes

de espejos dorados

y cantos ardientes?


De la tierra enferma

en las pardas grietas,

enciende rosales

de rojas piruetas.


Pone sus encajes,

prende sus verduras,

en la piedra triste

de las sepulturas...


Doña Primavera

de manos gloriosas,

haz que por la vida

derramemos rosas:


Rosas de alegría,

rosas de perdón,

rosas de cariño,

y de exultación.


La Primavera Besaba de Antonio Machado



La primavera besaba

suavemente la arboleda,

y el verde nuevo brotaba

como una verde humareda.

Las nubes iban pasando

sobre el campo juvenil...

Yo vi en las hojas temblando

las frescas lluvias de abril.

Bajo ese almendro florido,

todo cargado de flor

—recordé—, yo he maldecido

mi juventud sin amor.

Hoy, en mitad de la vida,

me he parado a meditar...

¡Juventud nunca vivida,

quién te volviera a soñar!


Rima IV de Gustavo Adolfo Bécquer.



No digáis que, agotado su tesoro,

de asuntos falta, enmudeció la lira;

podrá no haber poetas; pero siempre

habrá poesía.


Mientras las ondas de la luz al beso

palpiten encendidas,

mientras el sol las desgarradas nubes

de fuego y oro vista,

mientras el aire en su regazo lleve

perfumes y armonías,

mientras haya en el mundo primavera,

¡habrá poesía!


Mientras la ciencia a descubrir no alcance

las fuentes de la vida,

y en el mar o en el cielo haya un abismo

que al cálculo resista,

mientras la humanidad siempre avanzando

no sepa a dó camina,

mientras haya un misterio para el hombre,

¡habrá poesía!


Mientras se sienta que se ríe el alma,

sin que los labios rían;

mientras se llore, sin que el llanto acuda

a nublar la pupila;

mientras el corazón y la cabeza

batallando prosigan,

mientras haya esperanzas y recuerdos,

¡habrá poesía!


Mientras haya unos ojos que reflejen

los ojos que los miran,

mientras responda el labio suspirando

al labio que suspira,

mientras sentirse puedan en un beso

dos almas confundidas,

mientras exista una mujer hermosa,

¡habrá poesía!





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