EL MITO DE PERSÉFONE

EL MITO DE PERSÉFONE

1.    RESUME EL MITO DE PERSEFONE

Es una diosa llamada Perséfone, como también llamada Kore, una diosa de la mitología griega. Era la deidad de la vegetación y traía la fertilidad a los campos. Pero al mismo tiempo era la reina del Inframundo, y llevaba a cabo las maldiciones de los hombres sobre las almas de los muertos. A través de su historia, los griegos encontraron una explicación al fenómeno de las cuatro estaciones del año.
Perséfone nació de Zeus, padre de los dioses y rey del Olimpo, y Deméter, la diosa madre la agricultura una explicación al fenómeno de las cuatro estaciones del año.
El origen de su nombre no está muy claro. Quizá provenga de la forma «Persephatta», que significa «la que limpia el trigo». Pero también podría venir de la expresión «Pherein phonon», que significa «la que trae la muerte».
Existen también varias versiones de su historia, pero la más completa es la que aparece en uno de los «Himnos Homéricos», del propio poeta Homero. Concretamente en el «Himno a Deméter» se cuenta que Persephone solía vivir con su madre, alejada del resto de los Dioses del Olimpo. A pesar de ello, destacaba tanto por su belleza que tenía varios pretendientes.
Entre estos estaban Hermes, el dios del ingenio, Ares, el de la guerra, Apolo, el de las artes, y Hefesto, dios del fuego y la forja. Pero Deméter nunca permitiría que su hija bajase al Inframundo, así que planeó secuestrarla y llevársela junto a él a sus dominios.
Un día Perséfone estaba inocentemente recogiendo flores en un campo de Enna, en la isla de Sicilia. A parte de algunas ninfas, le acompañaban Atenea, diosa de la sabiduría, y Artemisa, diosa de los animales. Cuando se inclinó a recoger un narciso, hubo un estallido y una grieta se abrió en la tierra. De ella surgió Hades, que sin oposición montó a Perséfone en su carro y se la llevó al Inframundo.
Las ninfas en castigo, por no haber intervenido, fueron convertidas en sirenas. Y la pobre Deméter quedó desolada. Abandonó todo para dedicarse a buscar a su hija incansablemente por los confines de la tierra, ayudada por las antorchas de Hécate, deidad de los caminos y tierras vírgenes.
Como diosa de la agricultura, la obsesión de Deméter tuvo lógicamente efecto sobre la naturaleza. Según algunas versiones, prohibió que la tierra fuese sembrada. En otras simplemente descuidó su labor como madre de la agricultura, sumida en la desesperación, y los campos perdieron su fertilidad.
Hécate le sugiere a Deméter que le preguntase a Helios, la personificación del sol que todo lo ve, para averiguar qué había pasado, y este le revela finalmente el paradero de su hija. Una de las condiciones para que Perséfone pudiese salir del Inframundo era que no consumiese alimentos de allí.
Y efectivamente en la tristeza de su cautiverio, se había negado a probar bocado.
Pero antes de que se pudiese marchar del Inframundo, Hades la engañó para que comiese seis semillas de granada. Hermes consiguió llevarla de vuelta con éxito, pero en castigo por haber comido alimentos del Inframundo, Perséfone estaba obligada a volver cada año, un mes por cada semilla que había tomado.
A partir de entonces pasaría cada año seis meses en el Olimpo junto a su madre y los otros seis meses en el Inframundo junto a Hades. Cuando Deméter y su hija estaban juntas, la tierra florecía de vegetación. Pero la otra mitad del año se convertía de nuevo en una tierra estéril. Y así fue como los antiguos griegos explicaron el ciclo de las cuatro estaciones y su efecto sobre la naturaleza.
Al margen de este, Perséfone aparece también en muchos otros mitos clásicos como la historia de Orfeo, el músico que descendió a los infiernos para recuperar a su esposa muerta, Perséfone queda tan conmovida al oírle tocar, que les permite volver de nuevo a la tierra.
O en el mito de Adonis, un joven tan hermoso que la mismísima Afrodita, diosa de la belleza, se enamoró de él. Ella fue quién le envió junto a Perséfone para que lo cuidase, pero no contaba con que la reina del Inframundo también se obsesionase con él y se negase a devolverlo. La disputa fue resuelta por Zeus que decidió que Adonis pasase una parte del año con cada una.
Perséfone apareció en numerosas obras del arte clásico griego. Suele estar vestida con una túnica y llevando un manojo de heno, aunque también puede sujetar un cetro o una pequeña cajita.





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